Queridos soñadores, ya estoy de regreso y empezamos con un cuentito navideño para los más pequeños :D
HABÍA UNA VEZ UN RENO
Había una vez un reno, en un solitario y
nevado terreno
Buscando paja y un poco de heno.
Estaba muy solito el pobrecito
y su barriga rugía como un leoncito.
Había caminado por horas y horas
Sin notar que ya había despuntado la aurora
De pronto a lo lejos observa el reno una
baya roja
¡Se ve tan jugosa, muy apetitosa!
¡Corre el reno! ¡corre veloz!
No sea que le quite la baya un ave atroz
Llega saltando de contento el reno, casi
feroz
Para devorar su merecido almuerzo
Pero ¡oh sorpresa!
La baya roja no es una baya ¡sino una
nariz!
¡OUCH! Se oye una voz decir.
¡Hey amigo me vas a dejar una cicatriz!
Nuestro reno se asusta y huye como una
perdiz
Pero se da cuenta de que la mordida nariz
pertenece a otro reno
Uno muy dulce, tierno y feliz.
Me llamo Rodolfo, dice el reno de la
nariz roja
Mientras come unas jugosas hojas
¡eres muy rápido amigo!
Casi tanto como un haz de luz
Nosotros somos ocho renos,pertenecemos
todos a Santa Claus
Pero nos hace falta otro reno ...
Uno que sea el noveno.
¿Y qué hacen los renos de Santa Claus?
-Dice curioso nuestro reno-
¡Ah! ¡llevamos por el mundo su trineo!
Va cargado de regalos para los niños
amables y buenos
Les dejamos sus regalos en la víspera de
Navidad
Para que por la mañana estén llenos de felicidad.
¡Que bonito debe ser recorrer el mundo,
regalando sonrisas
en una noche mágica llena de risas!
¡Que bonito debe ser surcar el cielo con
otros renos!
¡si, si quiero ser el noveno reno!
Y así se reunieron en una nevada mañana
los nueve hermosos renos.
Los renos mágicos de Santa Claus.
Allí estaban Acróbata, Bailarín,
Bromista, Relámpago, Alegre, Trueno, Cupido, Rodolfo y por fin el tan esperado
noveno reno que llamaron Cometa
Y Cometa ya no estaba solito, ni
pobrecito
Ni su barriga rugía como un leoncito
Pues en los establos del mágico pueblo
navideño de Santa Claus
Había muchas bayas rojas, bien jugosas y
apetitosas.
También había fresco y suave heno
Y a veces hasta caramelos.
Aquella Navidad se vio a los nueve
fabulosos renos surcar el cielo
Con todo y trineo
Mientras Santa se reía a todo lo que le
daba su barriga
¡jo, jo, jo, jo! Se escuchaba ¡paz en la
tierra a los hombres, a los niños y a los renos de buena voluntad!
COPYRIGHT© 2014 ELIZABETH SEGOVIANO TODOS
LOS DERECHOS RESERVADOS