LA PRINCESA REMILGOSA
Autora :
Elizabeth Segoviano
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A la
princesa le regalan lirios, le regalan rosas. Pero la nena no quiere esas
cosas, frunce el ceño, se tapa la nariz y hace una pataleta fea, hasta parece
una lombriz.
A la
princesa le dan perfumes, le dan joyas. Y la niña sólo hace bizcos, luego un
puchero, suspira y se va corriendo a esconderse en la cocina ¡se mete hasta en
las cacerolas!
A la
princesa le llevan un plato de fruta, fresca sandía, relucientes uvas que
parecen rubíes, dulcísimos dátiles y bayas de todos los tamaños y colores.
Pero la beba
no quiere la fruta, no le importa que sea jugosa y parezca un tesoro sacado de
la cueva de Alí Babá. La princesa saca la lengua, dice ¡fuchi, fuchi! Y se va a
todo lo que le dan sus piecitos calzados con zapatillas de cristal.
A la
princesa le obsequian hermosos vestidos de seda del oriente y mantas bordadas
con hilos de plata y de oro traídos en barco desde el otro lado del mundo.
La niña se
acerca curiosa, ve las delicadas prendas, la toca… se cruza de brazos, baja la
carita… No, en verdad no es lo que ella quiere ahorita. A la puerta de la
princesa toca su padre, el rey, viene con un osito de peluche tan alto y
robusto como él, y también trae consigo un gran libro de cuentos y una rebanada
de pastel.
- Mi
princesa remilgosa –dice el rey– no quieres lirios, no quieres rosas, ni
quieres perfumes o joyas. Mi princesa remilgosa no desea frutas exóticas, ni
vestidos de seda o mantos bordados con plata y oro… ¿Qué será, qué será, lo que
puede a la princesa remilgosa alegrar? ¿Será que sólo quieres pasar un rato con
tu papá?
La princesa
remilgosa se ríe, asiente con la cabeza, se sienta en el regazo de su papá y
pasan la tarde leyendo cuentos sentados entre enormes almohadones de suave
terciopelo y saboreando pastel y caramelos.
La noche cae
ya y el rey arropa a la princesa, le deja el osito de peluche, le besa la
frente, la princesa ya no corre ni hace pataletas, no hace fuchi, ni se esconde
en las cacerolas, la princesa duerme tranquila con una sonrisa…
- Mi
princesa remilgosa -dice el rey– no quiere otra cosa más que ser la princesa de
papá.
es muy dulce!! ^^
ResponderEliminargracias ranita :D me alegra que te guste :) un abrazo grandeee
EliminarEs un cuento precioso. Una niña que tiene de todo y lo único que quiere es la compañía de su padre.¡Cuántos niños habrá así en el mundo!Los mayores creen que pueden comprar a los hijos con regalos y no se dan cuenta de que estos no son tontos. ¡¡¡Me encanta el título!!!
ResponderEliminar¡Qué palabra! ¡¡¡Remilgosa!!!! Genial.
gracias nena :) así es, mucho niños sólo quieren estar con sus padres, y al final es lo que más importa :) gracias por pasar a leer, significa mucho para mi :)
Eliminarbello!!!! en realidad lo único que nesecitamos es Amor, todo lo demás viene a consecuencia!!! gracias por este cuento tan sencillo y lleno de luz!!! besitos Eliz!!!! bendiciones!!!
ResponderEliminarmuchas gracias Anndy :) es una alegría enorme para mi que te guste lo que escribo :) y tienes toda la razón como decía John lennon all you need is love :) bendiciones angelita :)
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