NOCHE DE LUNA ROJA
Autora: Elizabeth Sogoviano
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Es noche de brujas, esta noche como
ninguna otra, merece contar una buena historia, como la que ocurrió la última
vez que la luna se tornó roja ...
El viento lo predijo con sus
precavidos susurros y desesperados aullidos, lo habían avisado los inmensos
nubarrones negros que se posaron sobre la ciudad cargados de relámpagos y
truenos ... incluso se podían leer las advertencias en el fondo de las tazas de
café, flotaban en el aromático vapor de las hojas de infusiones y se hacían más
que evidentes en las barajas del tarot ... pero todas las señales fueron
ignoradas, y cuando eso sucede, el destino se torna implacable y busca cumplir
a como de lugar la ley más importante de la magia “TODO EL BIEN Y TODO EL MAL
QUE HAGAS REGRESERÁ A TI POR TRIPLICADO”.
La suerte de cientos de magos y
brujas que habían sido malvados ya estaba echada, y no había conjuro o poción
alguna que pudiera salvarlos ... así debía ser, estaba escrito, y era lo justo.
Pues por largo tiempo aquellos hechiceros habían abusado de su poder, y era
hora de que pagaran por sus descuidos y prepotencia.
Todo había empezado la mañana del día
de brujas, cuando los aquelarres se adentraron en el corazón del bosque para
comenzar los preparativos de su gran celebración; por doquier se veían a brujas
y magos por igual adornando las ramas de los altos árboles con faroles de
vistoso papel y los senderos hacia la gran fogata estaban delineados con
hermosas calabazas talladas.
En otra parte del bosque ya
comenzaban a hervir los negros calderos de vino rojo endulzado con miel y
aderezado con canela cardamomo y bayas de todos los colores, algunos magos
llegaban ya con crujiente pan recién horneado y otras tantas brujas llegaban a
vuelo de escoba con bellos canastos de frutas y toda clase de platillos
deliciosos.
Pero en el rincón más alejado del
bosque yacían en jaulas todos los animales que usaban los hechiceros para sus
encantamientos.
Había un hermoso cuervo de un raro
plumaje azulado, cuya jaula era tan pequeñita que nunca podía extender sus
alas,y como sus plumas eran tan mágicas ya sólo tenía unas cuantas, pues el
mago que lo capturó se las había arrancado casi por completo.
En otra jaula ya desvencijada estaba
un sapo grande y cachetón que tenía demasiado calor, pues la dueña olvidó
ponerle agua, y el sapo estaba a punto de llorar de sed.
Junto al sapo estaba un conejito
blanco, esponjado y temeroso que se sobresaltaba con el menor ruido y sujetaba
sus orejitas susurrando ¡uy que miedo! Y es que el mago que lo poseía le
encantaba hacer el truco del conejo en el sombrero, pero siempre sacaba al
animalito por las orejas y lo mostraba a una multitud que gritaba para luego
ser empujado en esa jaulita en la cual no podía correr y ya había olvidado como
se sentía recostarse en el pasto o cavar un agujero en la tierra ... también
había serpientes, tarántulas y por supuesto muchos gatitos negros que ansiaban
ser acariciados y acurrucarse en el regazo de alguna bruja buena, pero en
cambio estaban en esas incómodas jaulas por horas y horas, solos sin nadie con
quien hablar y cada luna llena les cortaban los bigotes o los hacían salir a
espantar tan sólo para que alguna persona malhumorada les aventara un zapato.
Entre aquellas criaturas también se
encontraba un grandioso buho blanco cuya cara semejaba a una luna llena, sin
embargo, aquel no era un buho común y corriente él era el gran Lebenlicht, un
mago de antiguo linaje y alto rango que había querido convertirse en buho para
volar libre por el mundo y aprender el lenguaje de la luna, para ser el
confidente del viento y conocer el nombre y la historia de los árboles y las
plantas; pero antes de que pudiera terminar su primer vuelo fue capturado,
enjaulado y despojado de su mágico plumaje, por ello no podía convertirse de
nuevo en ser humano.
Pero a pesar de todo el gran mago
Lebenlicht se alegraba de haber sido capturado, porque el destino lo llevó
hasta allí para que ayudara a esos animalitos que no podían defenderse solos.
El mago sabía que en un día tan especial
como el halloween la magia sería mucho más intensa y retornaria con el doble de
poder para hacer justicia.
-
Hermanos
queridos –decía el mago- estén tranquilos, los días de encierro, tristeza,
maltrato y miedo se han terminado ...
-
un
buho –interrumpió el cuervo- por más lindo que sea no puede ayudarnos, estas
enjaulado igual que nosotros, a ti también te han cortado el plumaje de las
alas ... tu alma también fue encerrada, y el brillo que aún poseen tus ojos se
desvanecerá rápidamente, no hay nada que puedas hacer.
-
El
destino –replicó el mago- se ha encargado de traerme hasta ustedes en este
portentoso día, y no soy solamente un buho, soy un mago ...
-
¡Uy
que miedo! –decía tembloroso el conejito en su jaula mientras sujetaba sus
orejas con todas sus fuerzas-
-
¡Por
favor no teman! No todos los magos somos iguales.
-
¡Croac,
mentira! –respondió el sapo- todo lo que los magos y las brujas quieren ...
croac... es aprovecharse de nosotros ...croac ... a ustedes no les importamos
... croac ... abusan de nosotros ...
croac ... no les basta con maltratarnos ... croac... tambien nos quitan nuestra
libertad ... croac solo para cumplir sus caprichos y hacer su magia egoísta...
croac.
-
Tienes
toda la razón querido sapo ...
Cuando los animales escucharon
aquellas palabras salir de los labios del mago se quedaron perplejos, nunca
antes habían escuchado a ningún hechicero aceptar los crueles actos que
cometían; entonces supieron que aquel mago hablaba con la verdad, supieron que
podían confiar en el y creer sus palabras.
-
yo,
el mago Lebenlicht, portador de la promesa del sol y de las tradiciones de la
luna, les prometo que no volverán a sufrir, los protegeré no solamente con mis
palabras, mi magia, y mis actos, sino con mi vida, pues ante los ojos de las
estrellas todos los seres vivientes somos hermanos, todos portadores de las
semillas del universo y por ende somos iguales ... y esta noche, la noche más
mágica y excelsa del año, la magia actuará a su servicio. Esta noche es su
noche.
Entonces, los animales, más
tranquilos y convencidos de que aquel mago los ayudaría siguieron sus
instrucciones al pie de la letra y esperaron pacientemente a que el sol se
ocultara en el horizonte para que los hechiceros comenzaran sus festejos, así,
justo cuando magos y brujas se encontraban rodeando la gran fogata que
iluminaba el bosque los animalitos desde sus jaulas comenzaron a decir su
encantamiento:
“Magia
del sol, magia de la tierra, magia que navegas en las estrellas y cabalgas en
el viento, escucha la tristeza en mi voz, siente el miedo que domina mi
corazón, ven y enséñale a estos hechiceros malvados su lección, tres veces tres
es la regla, tres veces tres regrésales su mala intención”. Aquellas palabras poderosas guiadas por la magia de Lebenlicht resonaron en el bosque y el viento comenzó a soplar furioso, fuerte y cada vez más fuerte, la luna, majestuosa e inmensa que antes brillaba suavemente se tornó roja de furia en un instante e iluminó los rostros de los hechiceros mientras las ramas de los árboles crujían y sujetaban a cada mago y cada bruja que habían sido malvados y egoístas, así, ante la luna roja el mago Lebenlicht pudo por fin regresar a su forma humana, abrió las jaulas de los animalitos y señalándolos dijo:
¡Ustedes se creen superiores porque son humanos, pero no hay nada humano en maltratar a otro ser viviente, en especial cuando no se pueden defender, no hay nada humano en ver su dolor e ignorarlo, no hay nada humano en negarles su libertad! ¡y ciertamente no hay nada mágico en ello! Se supone que somos portadores de luz, suficientemente poderosos para construir ... ¡construir! ¡no destruir! ¡se supone que somos guardianes y protectores de esta tierra y todo lo que hay en ella! ... ¡que la magia los perdone ... si es que acaso ese es su destino!
Al terminar de decir esas palabras un estruendoso relámpago cimbró la tierra y el cielo cubriendo el bosque con un resplandor cegador y donde antes estaban los hechiceros ahora solo había cientos de figuras de hechiceros hechos de caramelos de todos colores y sabores ...
caramelos que hasta hoy en día son repartidos por cierto mago que vive tranquilo en alguna calle de alguna ciudad en la que comparte su casa con un hermoso cuervo de plumaje azulado, un sapo cachetón y un conejito que ahora vive feliz en un inmenso jardín.
Así que estén atentos cuando esta noche salgan a pedir dulce o truco, pues tal vez estén tocando a la puerta del gran Lebenlicht, y si son buenos y son amables portadores de luz, les contará de los viajes que ha empredido como buho ... pero, mis niños, si acaso ustedes tienen el corazón oscuro y el egoísmo les suena familiar, es mejor quedarse en casa, cerrar las ventanas y no salir ... en especial si la luna se torna roja, pues uno nunca sabe el momento en el que la magia nos devuelva lo que merecemos en verdad ...