jueves, 1 de octubre de 2020

EL CATALEJO LAPISLÁZULI PARTE V

 




PARTE V

OSA MENOR, POLARIS, DORÍMAS

 

-Polaris es la estrella que siempre señala al norte, Bruno. Si sabes leer las estrellas, entonces no hay forma de que te pierdas.

-¿Y si es de día y no veo las estrellas? -preguntó el niño dando un gran sorbo a su dulce taza de té chai.

-Eres un jovencito muy astuto ¡astuto como zorro! Normalmente, mi joven amigo, cuando es de día, podemos usar brújulas, o mapas pero...

-Mi abuelo solía decir que preguntando se llega a Roma -exclamó el niño interrumpiendo a Tolvedier.

-Pues sí, tu abuelo tenía mucha razón. Preguntando puedes llegar a donde sea. Pero, imagínate esto: ¿si estuvieras en un barco en medio del océano, empujado por un mar embravecido sin nadie más a tu alrededor, qué harías? ¿cómo encontrarías tu camino?

-No lo sé -admitió pensativo Bruno, que ya se sentía un poco mareado de imaginarse en un barco sacudido por el oleaje del mar.

-Yo esperaría a que el cielo se despejara y buscaría a Polaris en el firmamento. Sería mi apoyo. La luz que no permitiría que me perdiera. No me sentiría solo jamás, ni siquiera en medio de un océano.

 

Al decir esas palabras, La voz del misterioso y simpático Tolvedier resonó en la librería haciendo un eco que Bruno no había escuchado antes. Sonaba como un verdadero capitán.

Bruno se emocionó y comenzó a imaginar a su amigo al mando de una antigua fragata, o un buque. Casi podía sentir la brisa salada golpeándole el rostro y el sol tostando su piel. Imaginó nubes negras y huracanes. De repente, la librería se sacudió ligeramente, una brisa húmeda y salada resopló entre los libreros, empañando las ventanas. Pequeños remolinos de viento corrían por los pasillos.

 

-Bruno, abre los ojos, amiguito decía firmemente Tolvedier. ¡Bruno! ¡Bruno, abre los ojos!

El niño soñaba despierto. Su imaginación era tan poderosa, que lo que estaba soñando se materializaba en el interior de la librería. Tolvedier dirigió la mirada al segundo piso; en medio de su cocina empezaba a aparecer una antigua fragata como las que usaban los piratas. Era apenas visible, parecía estar envuelta en neblina y se acercaba lentamente, pero con cada segundo se veía más y más clara.

El gato Sherlock abrió mucho los ojos, su pelaje se erizó, corrió hacia Bruno, trepó en sus hombros y no le quedó más remedio que darle un zarpazo en la nariz al niño para que despertara de su sueño. Cuando éste abrió los ojos notó que estaba a punto de caer una tormenta y que una inmenso barco iba a ocupar toda la casa de su amigo. El niño se asustó y pegó tremendo grito que debió escucharse en toda la cuadra.

-¡RURSUS! ¡DISPELLO! -gritó Tolvedier a todo pulmón.

En un parpadeo la tormenta, el viento y el barco desaparecieron. La librería quedó intacta y Bruno sujetaba su nariz rasguñada mientras observaba sorprendido a Tolvedier.

-¿Qué pasó? -preguntó temeroso el niño.

-Haz confirmado lo que intuía desde hace tiempo mi querido Bruno. ¡ERES UN PODEROSO DORÍMA!

-¿Doríma?

- Si, llevas magia en las venas Bruno. Tú puedes soñar de tal manera que puedes hacer reales las fantasías. Tu poder es tan grande, que podrías ayudarme a remendar el mapa de los hilos rotos o enredados. Tú estás lleno de la luz de Polaris.

-¿Tú eres un Doríma, Tolvedier?

-Si, no somos muchos Bruno. Existen más personas sin sueños que seres capaces de regalar ensoñación. Hacemos mucha falta en este mundo mi joven amigo. Los artistas como, pintores, músicos, escritores o bailarines también son Dorímas. Pero no todos así de poderosos. Tú solito descubriste la clave para manipular la llave que te di. ¡Y por poco inundas la librería! Necesito tu ayuda Bruno, la necesito de verdad.

La ciudad se ha poblado de gente triste y gris, gente que tiene miedo de soñar, miedo de convertirse en aquello que los hace realmente felices y especiales.

-Pero -titubeó Bruno. ¿no son así todos los adultos? ¿Cuándo uno crece no se terminan las sonrisas y los sueños? Mis papás dicen que al crecer uno adquiere responsabilidades, y que eso es más importante que perseguir sueños tontos.

-¿Tú tienes un sueño Bruno?

-Si, quizá demasiados

-¿Cómo cual?

-De grande quisiera ser arqueólogo ... pero

-¿Pero qué, amigo?

Mis papás dicen que eso no es muy práctico porque ya se han descubierto las cosas más impresionantes e importantes de las antiguas grandes civilizaciones, y que sería mejor dedicarme a los negocios.

-¿Qué otro sueño tienes?

-Me gustaría ser mago, tener un espectáculo que sorprendiera a la gente -Bruno se sorprendió al escucharse hablar de ese sueño oculto, uno que nunca había dicho a nadie por miedo a que sus padres lo regañaran o le dijeran que se olvidara de tonterías que eran inútiles. Era un sueño que Bruno mantenía en secreto, pero que lo hacía sonreír cuando estaba triste.

-Bruno, algunas veces los adultos pueden llegar a ser muy crueles con los niños y con sus sueños. Los sueños, mi amigo, son una cosa muy bella y frágil, una vez que alguien los destroza es difícil remendarlos. Los adultos son muy hábiles destrozando cosas: sueños, corazones, promesas... conexiones.

No permitas que nadie te diga que no puedes soñar con ser algo que anhelas. Los adultos podrán decir que hay sueños imposibles. Eso no es cierto Bruno. Existen sueños pequeños, grandes e inmensos. Es posible que sean difíciles de hacer realidad, pero no son imposibles. Además, cuando uno ha luchado y trabajado por un sueño y aún así no podemos cumplirlo, no hay que estar tristes o desilusionados. Basta con mirar todo el camino que recorrimos en nuestra lucha y nos daremos cuenta de lo lejos que hemos llegado. Y cuando uno llega así de lejos, puedes sentirte orgulloso, mirar las estrellas y encontrar otra manera de vivir tus sueños, no importa si es una forma un poco más pequeña. Lo importante, Bruno, es encontrar felicidad en quien eres, en lo que haces. Eso puede cambiar el mundo.

Si deseas ser un mago arqueólogo, que además emprende negocios. Entonces hazlo, escucha lo que te dice tu corazón. Uno nunca sabe a donde puede llevarte un sueño por pequeño que sea Bruno. ¡Los sueños deben protegerse!

Nosotros, amigo, como Dorímas podemos proteger los sueños de muchas personas.

¿Te atreves a ayudarme?

Con una enorme sonrisa, el niño asintió, tomó entre sus manos el broche que en ese momento era una libélula y susurró : osa menor. La libélula se estremeció y se separó en docenas de pequeñas partes que tenían la forma de luciérnagas, éstas se posaron por toda la librería, danzando al ritmo de alguna melodía que solo ellas podían escuchar.

CONTINUARÁ...

PARTE 6: https://sognareprofundere.blogspot.com/2020/10/el-catalejo-lapislazuli-parte-vii.html

PARTE4: https://sognareprofundere.blogspot.com/2020/08/el-catalejo-lapislazuli-parte-iv.html

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