CAPÍTULO VII
CONFÍA EN MI
El castillo de Mizar es una
maravilla increíble, la estructura esta hecha de agua que cambia de color según
la hora del día, pero que al tacto es dura como el acero, desde el interior
pueden verse la luna y las estrellas, al igual que las luces del alba y del
atardecer, todo al mismo tiempo, dentro habitan aves que nunca han surcado el
cielo de la tierra y que cantan con una voz similar a la de un violín, los
largos pasillos que llevan a salones majestuosos están sembrados con cerezos,
jacarandas y girasoles, siempre en flor, en algunos pasillos es primavera, en
otros verano, y en los últimos se ve volar el follaje multicolor de los árboles
en otoño, y más lejos los pasillos nevados del invierno son igual de bellos,
con riachuelos sobre los que se puede patinar y copos de nieve que danzan con
un viento frío pero agradable que huele
ligeramente a chocolate y vino especiado.
Cada salón tiene una hermosa
chimenea labrada en rocas de un antiguo volcán y el fuego que crepita en ellas
fue traído desde él, el fuego de Igne, que permite ver los momentos más felices
en las vidas de quienes miran las llamas. En el castillo existen varios salones
que son de mayor importancia, el salón de Véritas, que alberga todos los
pergaminos de la sabiduría élfica y angélica, el salón de la Stella Eterna, que
contiene millones de recipientes con los rayos más puros de cada estrella que
ha existido y se lleva el cuidadoso registro de las estrellas que nacen o
mueren. Otro salón muy especial es la inmensa biblioteca de cristal de Sognos,
donde los elfos guardan celosamente los pergaminos entregados por los escribas
humanos que los ángeles han elegido para que creen los sueños más hermosos,
originales y divertidos que hayan existido y cada pergamino es leído por un
ángel guardián a los niños que están a su cuidado para hacer de sus sueños algo
único que pueda convertir su realidad en magia pura. Y por último, el salón más
grande de todos, el gran salón de Io que alberga una réplica exacta de un
mítico lago llamado Akilá; las aguas púrpuras y cristalinas de ese lago fueron
traídas desde más allá de las estrellas y en ellas puede verse el reflejo de
las almas y corazones de todo el que toca el agua, sus anhelos, miedos, sueños,
esperanzas, su pasado, su presente y, de ser necesario, su futuro, se dice que
las mágicas aguas de Akilá tienen el poder de limpiar el alma más oscura, sanar
corazones destrozados, e iluminar la mente más perdida, dicen que una sola gota
ahuyenta cualquier miedo y que quien se baña en sus aguas puede sentir todo el
amor del universo. En el grandioso salón de Io las lunas de todas las galaxias
iluminan el techo con tenues rayos plateados, ahí también se encuentra una
larguísima mesa redonda hecha de un hielo rosado que no se derrite , en ella hay
asientos de plata para todos los ángeles, elfos y hadas que existen, también
hay lugares de honor para invitados especiales y los días de fiesta y reuniones
importantes son celebrados en ese bello lugar.
La carreta de oro que llevaba
a Soleil, Aldebarán y al búho pasó por el puente levadizo y la entrada se selló
al instante bajo una cascada de agua impenetrable, y en la entrada ya los
esperaba el gran elfo Albornoux, el guardián y regidor del castillo de Mizar y
del reino de todos los seres mágicos.
Albornoux hizo una reverencia
a los recién llegados y de inmediato tomó a Soleil en sus brazos.
-
Debemos apresurarnos mi señor Aldebarán,
ahora que Soleil está profundamente dormida hay que llevarla al lago de Akilá,
entonces sabremos como es que se ha desatado tanta oscuridad, síganme.
-
¿Soleil
va a despertar Albornoux? –preguntó preocupado el oso-
-
Claro que si, en cuanto sepamos como ha
ocurrido esta tragedia, podremos solucionarla, no me cabe duda alguna
Aldebarán, ustedes son unos guerreros poderosos, nunca antes alguien había
podido cruzar el sendero oscuro, no sin una armadura mágica, forjada en nuestro
fuego sagrado de Igne, pero ustedes pudieron luchar con esos seres oscuros
porque el fuego en sus corazones es puro, completamente puro y desinteresado,
así que ahora que ya se encuentran aquí se que podremos reestablecer el orden y
el balance entre luz y oscuridad, y todos los que han sido afectados por esto
regresarán a la normalidad.
Cuando llegaron al salón de Io
a orillas del lago Akilá, Albournoux se sumergió con la niña en brazos, el agua
del lago comenzó a mecerse suavemente y las olas que bañaban a Soleil se
convirtieron en burbujas que mostraban su vida, el sabio Albournoux entonces
pronunció unas palabras y de entre todo el mar de burbujas una se fue haciendo
más grande y clara, la que mostraba el momento en el que todo había cambiado,
la lluviosa tarde en que la nena había ayudado a un hada, el hada que había
desatado a cientos de oscuras criaturas, al verla Albournoux y el resto de las
hadas exclamaron al únisono ¡¡¡DARKLERYTH!!!
-
¿Quién
es Darkleryth? –interrumpió Aldebarán-
-
¿Buhoo
es una bruja buhoo?
-
Es
peor que eso querido búho, es un hada de grandes poderes, pero también es muy
rebelde, no le gusta obedecer órdenes ni tampoco le gustaba estudiar, tiene
dones naturales, pero sin una guía apropiada ha confundido la magia élfica con
los antiguos hechizos de las brujas, estoy seguro de que no tenía la intención
de desatar la oscuridad, pero es lo que ha hecho … debemos encontrarla …
-
Buhoo
.. ¿puedes hacer que la burbuja sea más grande mi señor elfo?
-
Claro
… ¿la has visto antes?
-
¡buhoo!
¡buhoo! ¡buhoo! ¡Aldebarán es el pájaro raro que dejamos en mi nido cuando nos
conocimos!
-
¡Claro!
Era ella, era un hada ¡la misma!
-
¿Porqué
la dejaron en el nido del búho, mi señor guardián?
-
Yo
la encontré, estaba herida e inconciente, la habían perseguido unos murciélagos
horribles, enormes … muy parecidos a esas sombras que nos atacaron en el camino
oscuro.
-
¿la
oscuridad atacó a Darkleryth? … no puede ser …
-
¿porqué
no buhoo? La oscuridad ha atacado a todos buhoo
-
Porque
no debería atacar a quien la ha invocado … eso significa que la oscuridad misma
se ha revelado … necesitamos traer a Darkleryth, solo ella puede deshacer el
hechizo, pero hay que hacerlo pronto de lo contrario pronto la oscuridad será
más fuerte que la magia de ella y nada
podrá detenerla …
-
Yo
iré a buscarla –se apresuró Aldebarán-
-
Buhoo,
yo iré contigo buhoo
-
Si,
mis dos señores irán, pero no irán solos y desarmados –dijo Albournoux, esta
vez yo los voy a proteger, Aldebarán ve a la armería, te daremos la armadura
que necesitas, la que ha sido hecha para ti, la armadura de tauro, la estrella
que te protege, a ti, mi señor búho también te daremos una armadura, una hecha
por las manos del elfo Onir, el elfo amo de los aires …
Aún no acababa de hablar
Albornoux cuando las aguas del lago de Akilá se agitaron y se oscurecieron
mostrando el presente de Soleil, ella seguía combatiendo, pero en sus sueños,
estaba luchando contra las sombras para alejarlas de su abuelita y de sus
amigos, pero dentro de sus sueños Aldebarán no podía protegerla.
-
¡Soleil!
… ¿qué hago Albornoux? ¿cómo la protejo?
-
Hay
que llevarla con Vermalion, el ángel los sueños y las estrellas, rápido síganme
al gran salón de Stella Eterna.
Una vez dentro del gran salón
el ángel Vermalion recostó a la niña y tomó de los altísimos estantes de
amatista cien frascos que contenían la luz de estrellas recién nacidas, la luz
más pura del universo, y los vertió todos sobre Soleil, esta luz, decía el
ángel, la protegerá en su valiente empresa, Soleil ha decidido quedarse en sus
sueños a luchar Aldebarán, y nosotros debemos hacer lo mismo, pero no la
dejaremos sola, mientras hablaba, el ángel destapó otro frasco, y bebió un
sorbo de la luz de Orión y se convirtió en una resplandeciente nube vaporosa
que se infiltró en los sueños de la niña
¡confía en mí Aldebarán, nadie lastimará a Soleil!
Albornoux entonces guió al
guardián y al búho a la armería en donde ya les tenían listas sus magníficas
armaduras y una espada de plata lunar para el oso, esta vez ninguna oscuridad
iba a pasar sobre ellos.
CONTINUARÁ ;)
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