lunes, 15 de agosto de 2011

ENTREVISTAS CON ÁNGELES PRESENTA A : LYDIA GIMÉNEZ LLORT


Es un verdadero HONOR así con letras mayúsculas contar en esta ocasión con la presencia de una escritora que no sólo es única y maravillosa sino también absolutamente encantadora y mágica, es uno de ésos pocos seres humanos que de verdad son ángeles caminando entre nosotros para mejorarnos con su toque único, SOGNARE PROFUNDERE SE VISTE DE GALA Y EXTIENDE SU ALFOMBRA ROJA PARA RECIBIR A LYDIA GIMÉNEZ LLORT.

Lydia en sus propias palabras ...

Hablar de uno mismo resulta siempre difícil. Hablan de mí mis cuentos, o cuando menos son los que mejor retratan mis pensamientos, mis reflexiones,
mis temores y mis dudas, mis soluciones a los males y las piedras que encuentro en mi camino, lo que digo y lo que no me atrevo a decir, mis anhelos y mis ilusiones, mis pasiones y aquello que me hace feliz, también lo que me entristece o me causa pesar, lo que me emociona o me roba el alma, mis sueños, mis recuerdos y mi visión del futuro. En definitiva... mi manera de ver y entender la vida. Luego, claro está, siempre le queda a uno contarlo que otro tipo de papeles escritos dicen de uno...que nació aquí o allí, ese día o ese otro, que es de tal o tal nacionalidad... pero eso, creo yo, son cosas circunstanciales, que aunque sean las que nos dan valor, nunca elegimos...
Yo, por suerte, o fortuna la mía, nací en El Masnou, una villa benéfica y marinera, junto a la brisa del mar, del Mediterráneo... pero el río Blando (ríoTuria) y la falda del monte Los Zafranares donde descansa escalonadamente Ademuz, cuna de mi padre, me aportaron el sosiego de la montaña y me dan
ese equilibrio perfecto, como si fueran mi yin y mi yang.

-¿Siempre te han gustado los cuentos?
Creo que sí, siempre me han gustado. Son cortos, llenos de audacia, encierran un secreto, una moraleja o una reflexión, llegan directos al alma, muy rápido... como un flechazo.
Sólo su nombre, ‘cuentos’, es ya una palabra mágica que infunde todo eso.
Recuerdo muchos sábados de mi infancia sentada en la cabecera de la cama,
apoyada en mi mullido almohadón, leyendo cuentos de los hermanos Grimm
ilustrados por María Pascual. Era una colección de varios tomos. Mi madre
me pedía que aguardara un poco más en la cama, porque yo me levantaba
demasiado temprano así que me entretenía a leerlos.

-¿Alguna vez imaginaste que escribirías cuentos infantiles?
Escribía cartas...y si me apuran en algún momento de mi primera infancia escolar me vi escritora de novelas, eso sí...Quien lo iba a decir... si no tengo paciencia
para escribir tanto rato... Recuerdo, como si fuera hoy, subir las escaleras
pintadas de verde que me llevaban al aula leyendo la redacción escolar a mis
compañeras... Aquel fue un momento que aún me llena de felicidad y de paz.
Recuerdo que la historia de “Sheila la bailarina” estaba llena de misterio
y de magia...la misma que aquellas estrechas escaleras de caracol...En su
conjunto, todo formaba parte de un mundo mágico.

-¿Cómo descubriste que querías convertirte en escritora?
Uno no se descubre a si mismo, hasta que ‘si mismo’ no le encuentra a uno. Cuando menos, así lo creo yo. Es como un jarrón de barro, que va tomando forma
poco a poco, en manos del alfarero, sin que la propia pieza de barro, vuelta
tras vuelta, sepa si quiera que va moldeando su cuerpo. Si es que soy
escritora, yo me siento así...en manos del alfarero, barro tierno y fresco,
aún dando vueltas...

-¿En dónde y cómo te inspiras para escribir?
Leíste mi pensamiento,querida amiga. En mi...Y aquí me remito a cómo me he presentado...Y te
cuento un secreto...para inspirarme he buscado entre mis video-cuentos
en mi canal YouTube. Busqué ‘El pato con Botas’ para escuchar a Karma
Farmers, cantando una canción folk titulada “All The Good Men”. Ahora
mismo la estoy escuchando y probablemente la escuche una y otra vez
mientras te escriba. Escucharla me enternece el corazón, adormece la
razón y puedo así mejor dejar escapar a mis sentimientos sigilosamente
mientras el guardián duerme...Curiosamente, es la melodía que escogí para
acompañar el cuento que nos habla de nuestra autoestima dañada por
complejos y miedos. Nos habla del excesivo valor que damos a la opinión de
los demás, aquella que injustamente nos empuja a cambiar para agradar, sin
que ello necesariamente sirva para conseguirlo...de cómo nosotros mismos
inventamos un nuevo 'yo' ficticio, que no es cierto y acabamos creyendo
que lo es...De cómo gracias a la comprensión y el amor podemos aprender a
despegarnos de lo que nos cubre, para 'descubrirnos' a nosotros mismos,
aceptarnos tal y como somos, y aprovechar nuestras propias oportunidades.
Al final, si estamos bien con nosotros mismos, resulta más fácil que los
demás también nos respeten.

-¿Porqué te gusta escribir?
No lo sé, realmente, porque soy tímida en ello.Le confesé a un amigo, y ahora te confieso a tí, que cuando escribo siento
como si escribiera en un papelito, lo introdujera en una botella y lo lanzara
al mar... dejándolo a la merced de las aguas...esperando que llegue a la orilla,
una orilla que no sé tan siquiera cuál es ni dónde está. Deseo con fervor que
alguien encuentre la botella, medio enterrada, asomándose tímidamente
entre la arena...y que cuando me lea, sienta lo mismo que yo, sienta mi
tristeza o mi alegría, se ponga en mi piel o , a viceversa, comprenda que por
lo menos existe alguien que se siente como ella

-Explícanos que es oyakudachi como se relaciona con tu trabajo
literario

Oyakudachi es una palabra japonesa que un día descubrí colgada en el
Servicio de Reprografía de la mi facultad. Mi amigo Juan Carlos Escobar
González la había puesto allí, codeándose con fantásticas fotos de
calendario con paisajes de esos que nos llenan de paz y nos devuelven la
armonía. Ante tal extrañeza, le pregunté por su significado. Juan Carlos
me dijo que era una palabra muy simple pero difícil de lograr: ‘ponerse en
lugar de otro’. Desde entonces, Oyakudachi es el lema de los ejercicios de
reflexión y de los juegos inéditos que utilizo como herramienta para que
mis estudiantes universitarios aprendan a saber vivir y convivir, aprendan a
saber envejecer y a comprender mejor a los que ya lo han hecho.
Un día fui a un centro cívico para abuelos y a lo largo de la conferencia
sobre envejecimiento les hice varios juegos. A uno de ellos lo titulé ‘El
pañuelo de papel’ porque se basaba simplemente en un pañuelo de papel... Y
El pañuelo de papel’ fue justamente el título del primer libro. Lo publiqué
porque quería rendir homenaje a la señora de la primera fila que al acabar
se me acercó para darme las gracias. Me contó que la tristeza y el llanto
la sobrecogieron y no pudo si quiera realizar el juego. Al pedirle perdón
me dijo que era justo al revés: nadie antes, desde que murió su marido,
había conseguido expresar cómo se sentía. Nos fundimos en un tierno
abrazo, aunque parezca cursi contarlo, pero así fue como sucedió. Casi un
año después, pensé recopilar y publicar el conjunto de juegos y relatos
que he ido escribiendo porque nos ayudan a recuperar o desarrollar
nuestro Oyakudachi y establecer nuevos lazos de empatía, solidaridad y
comprensión hacia los demás. También, a hacer un viaje a nuestro interior,
despojándonos de nuestra piel, para descubrir la verdadera esencia de
nuestro ser, su fina y delicada trama.
Y es que, creo yo, con un poquito más de Oyakudachi el mundo sería un
poquito mejor.

-¿Tienes una influencia especial de algún escritor o de algúna persona
allegada a ti?
Me gusta asemejar a las personas mayores con las Biblioteca de Alejandría y no es una osadía. Con el paso de los años han ido escribiendo
las páginas de su vida. tras el largo recorrido, todas sus experiencias
han forjado ese saber hacer que les caracteriza. Así que si miro en mi
Biblioteca encuentro a la autora de mis novelas preferidas, aquellas que
inexplicablemente soy capaz de leer de inicio a fin sin sumirme en el plácido
sueño. Aún leo sus libros, sin necesidad ya de tenerlos abiertos, porque
los recuerdo, los ‘aprendí con el corazón’ como dicen los anglosajones. En
realidad, algunas de sus páginas llevan mi nombre y el suyo escrito. Es mi
autora preferida, la persona que más me inspira: mi abuela materna. Estaba
hecha de puro Oyakudachi. Si he de mencionar un escritor, Manuel de Pedrolo y sus historias me fascinaron siempre.

-¿Qué significa para ti ser escritora?
Ser uno mismo. Todo aquello de lo que antes te hablé.

-¿En tu opinión como madre y escritora qué beneficios crees que se
obtienen de leerle cuentos a los niños?
En mi manera de entender, los cuentos están más que para ser leídos,
para ser releídos e recontados. Concibo los cuentos más bien como un
escenario. Quizás porque me remito a mi infancia, a ese cuento tradicional
que uno lee y luego relee en el pensamiento, hace, deshace y rehace, dibuja,
desdibuja y redibuja, sin perder aún así un ápice de su esencia. Es el cuento
de caperucita que uno cuenta a su hija mil veces y a cada cual le añade un
matiz distinto, lo acorta lo alarga, la endulza o lo acidifica, según está su
niña esa noche o ese día. Escoge el cuento que le viene bien para acabar
ese maravilloso día o para calmar su ansia y acunarla, para darle sosiego,
para dibujarle las cosas que por muy feas que sean siempre tienen un final
feliz o cuando menos, uno puede aprender de ellas y eso continua siendo
un final feliz. A mi hija le cuento cuentos improvisados, tan improvisados
como sus propias preocupaciones o sus repentinos ‘problemas’. Yo, muchas
veces, le contesto con una pregunta ‘¿No sabes el cuento de....?’. y mientras
me escucha atenta voy escribiendo el cuento, allí mismo, en pie...o sentadas,
allí donde nos pilla...cogiendo pedacitos de su problema y como si fuera
un puzzle voy componiendo poco a poco la trama. Y a medida que lo hago,
según miran sus ojos, según se alzan sus cejas, según mueve la mandíbula,
el cuento sube y baja de tono a la par, así que ella misma es quien me da la
melodía.

-¿Qué cambios harías o qué agregarías a la enseñanza de la literatura
en las escuelas?
Los niños leen mucho, pero escriben poco... Justo al revés de lo que se usaba
en mis tiempos. A mis estudiantes universitarios les hago escribir sobre sus
abuelos y en los primeros minutos después de hacerles esta solicitud hay
un inmenso silencio. No es que no sepan, es que no se atreven...Perdieron
la espontaneidad de abrir sus corazones... Así que les pido que sean
espontáneos (vaya contradicción, porque entonces ya no lo son), les empujo,
les digo que no piensen, que escriban...que dejen fluir los pensamientos
sin pasarlos por la censura del qué dirán...Ellos, sin embargo, empiezan
con la parte formal de la apariencia física, la edad...pero al cabo de poco,
el amor, los sentimientos, la ternura o el desaliño afloran..y entonces es
cuando les ‘encuentro’, les conozco y conozco a sus verdaderos abuelos.
Es sólo entonces cuando encuentro sus razones para decir, sin dudas y
con firmeza, que su abuelo o su abuela son el mejor, la mejor del mundo.
Con estas descripciones hemos publicado juntos un libro ‘Los Abuelos de
nuestros universitarios’ que ellos regalan con orgullo a sus abuelos, al abuelo
o abuela que es protagonista de su relato. Algunos llegan incluso a enmarcar
sus páginas, para lucir mejor su homenaje. Pero es ahí donde descubro, o
es entonces cuando algunos me confiesan, medio avergonzados, que es la
primera vez que escriben algo a cerca de sus abuelos. Y entonces yo me
pregunto, ¿A quién se le olvidó decirle a ese joven cuando era niño que
escribiera sobre su abuelo? ¿Cuánto tiempo andaba ese marco esperando
para dejar constancia de algo tan importante? Después de leer el libro (por
cierto, está accesible online, con descarga pdf y versión e-book gratuitos) ,
uno ve a la juventud de forma diferente y, sobretodo, a uno le entran ganas
de ser viejo (bueno, mejor dicho, ser abuelo).

-¿Qué proyectos tienes en el tintero?
Varios. Algunos tienen la trama,pero les faltan las palabras precisas, la ternura suficiente o les falta la
imagen que les acompaña, así que de momento son cuentos de esos que hago,
deshago, leo de memoria y releo ... algunos están escritos en un papelito,
otros ya medio maquetados en el ordenador... ‘La pluma del guacamayo’, ‘La
princesa del desierto’, ‘Flor de Lavanda’ y algunos más autobiográficos que
aún no tienen título, y de momento son solo un amasijo de sentimientos. Y
hay otros, que releyéndolos, creo que tendrían que volver al tintero, me
explico, algunas frases pueden mejorarse.

¿Qué cuento escrito por ti ha sido hasta ahora tu favorito y porqué?
Pues me encanta justamente ‘El pato con botas’ porque es muy
autobiográfico y hay un par de dibujos que me tienen robado el corazón, y
fue -mira por donde- uno de esos cuentos que estuvo mucho tiempo en el
tintero, más de un año, hasta que encontré la serenidad que necesitaba para
hacer los dibujos. Pero quizás sea ‘Langholmen’ el que más emociones me ha
regalado, desde el mismo instante en que, al responder a una pregunta de mi
hija, mi pensamiento quedó suelto y no pude irme del lugar sin fotografiarlo
todo para luego plasmarlo en dibujos. En realidad es un cuento escrito
pero sin palabras...es dibujado, bueno, yo lo recuerdo escrito, pero es
dibujado...Reivindica un derecho al que, desgraciadamente, hay demasiadas
personas en el mundo a las que aún se les niega: ‘la inocencia’. Es algo que me
sobrecoge.

Inspíranos con una frase o lema propios o de alguien que admires.
¡Uy!..qué pregunta tan MARAVILLOSA me haces, Elizabeth! No por el
mío, que no sé si tengo, si no por el lema de alguien a quien admiro. La respuesta es cualquiera de Michael, Michael Jackson, de quien soy fan. Mi
preferido: ‘If you can dream it, you can do it’ (‘Si puedes soñarlo, puedes
hacerlo’). Creo que el mensaje es ingualable, porque los sueños son el motor
más importante que tenemos. Sueños por uno mismo, por el otro, soñar algo
para nuestros hijos...
¿Algo mío? Pues...a veces, cuando no se ve la salida, digo o me digo a mi
misma: ‘El sol siempre está ahí’ porque aunque llueva, haya nubes y parezca
que no hay sol, el sol siempre está allí, sólo hace falta esperar un poco
para volverle a ver, pero el sol siempre está ahí. En ‘Looking for paradise’,
un cuento sin palabras acabé con el lema: ‘Para encontrar el Paraíso, solo
hace falta que mires en tu interior. Inténtalo y verás’. Y también me gusta
decir: ‘Con un poquito más de Oyakudachi, el mundo sería un poquito mejor’.
Es decir, que si nos pusiéramos en el lugar del otro con más frecuencia
(el ‘walking in the customers shoes’, de los anglosajones) las cosas irían
mejor.

SEGUNDA PARTE
¿Qué te entusiasma?
una sonrisa como respuesta
¿Qué te desanima?
La indiferencia, la cabezonería, la testarudez
¿Cual es tu palabra favorita?
Ternura
¿Cual es la palabra que más detestas?
La que se esconde detrás de un silencio
¿Qué sonido o ruido adoras escuchar?
¡Uy!...sólo de pensarlo ya me
reconforto...El sonido de la lluvia, en una tarde de lluvia con apagón (de esas
que ahora ya no hay) detrás de los cristales, con un café con leche bien
calentito entre las manos.
¿Qué sonido o ruido detestas?
La de una verbena cuando no he tenido con quien salir de fiesta
¿Qué es lo que más amas de la vida?
Mi abuela materna, Neus, fue el
santo de mi devoción. Ahora que ya no está, mi hija, mis padres, mis abuelos,
mi familia son los que amo más en la vida.
¿Qué es algo que detestas?
La mentira
¿Qué profesión aparte de la tuya te gustaría intentar?
Ser peluquera,esteticien, quiromasajista o tener una tienda
¿Qué profesión nunca te gustaría intentar?
Supongo que todas las profesiones, por duras que parezcan, tienen su razón de ser y sus propios
encantos..solo que uno necesita aún descubrirlos... Hace poco, en el primer
aniversario de la salida milagrosa de los mineros chilenos, le dije a un
hombre que se jactaba de que se habían ‘hecho famosos’ y vivían como reyes
(cosa que no es verdad) que por mucho que hubiera podido ser así yo no les
cambiaba su trabajo ni su suerte. Creo que ser minero debe ser muy duro.

Si el cielo existe, ¿qué te gustaría que Dios te dijera cuando llegues a
las puertas del paraíso?
Yo creo que existe, si no andamos perdidos...Voy
a cerrar los ojos e intentar visualizar. Aquí está, vestido de blanco
que deslumbra, con una sonrisa y su mano en mi espalda, mientras me
dice: ‘Lo intentaste, bien hecho...algunas cosillas estuvieron mal, pero
te perdono...Venga, entra! Hay mucha gente que te quiere que te está
esperando”

Gracias por este rato de complicidad, Elizabeth. Ha sido un verdadero
placer charlar contigo.
Amigos lectores, este ser humano tan espectacular y hermoso como los mísmos ángeles es la escritora española Lydia Giménez Llort, a quien le agradezco infinitamente por tomarse el tiempo de venir a charlar con nosotros y dejarnos conocer un poco más a fondo no sólo su arte escrito sino su alma.
Les dejamos uno de los maravillosos cuentos de Lydia ... El pato con botas ... que lo disfruten.


6 comentarios:

  1. quiero agradecer a Lyida por esta hermosa entrevista!!!!

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  2. Eres un encanto y un verdadero ángel...¡Tú si!
    Un abrazo,amiga mía, me encantó la foto que elegiste...
    Lydia

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  3. No se cuando será el día en que te toque ir al cielo, al cual sin duda irás y espero sea dentro de muchísimo tiempo. Pero cuando llegue ese momento, seré una de esas personas que te quieren y te esperan y que han tenido el gran lujo de conocerte "en este plano". Una entrevista imperdible, tantos las respuestas, como las preguntas. Mi admiraciòn y amor para ambas, Liana

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  4. MIL GRACIAS A LIANA otra escritora maravillosa y otro ángel caminando entre nosotros, por venir a leernos y comentar, pero sobre todo gracias por estar ahí y ser nuestra amiga :) love eli

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  5. Hola, Eli! hermosa entrevista! me encanta conocer nuevos ángeles escritores... gracias por fomentar este bello Don! bendiciones!

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  6. Al contrario Andrea! mil gracias a ti por estar presente y leernos y tomarte el tiempo de comentar :) lluvia de bendiciones para ti :) y un cálido abrazo, love eli

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