LA PEQUEÑA GRAN HISTORIA DE
ESTORNUDO
Elizabeth Segoviano Copyright©2014
Incluso los seres pequeños pueden tener
grandes historias, y llevar a cabo increíbles hazañas ... eso es lo que pensaba
Estornudo, uno de los últimos grandes dragones que existen ... bueno, Estornudo
no era grande, pero sí que era un dragón, bastaba verlo estornudar para
saberlo, pues cada vez que lo hacía salían sendas llamaradas de su nariz y su
bocaza, que era muy grande para un dragoncito de su talla.
El problema residía en que
Estornudo era alérgico a todo ... está bien, quizá exagero; estornudo solo
tenía alergia de las flores ¡todas! (hasta de las de plástico) también era
alérgico al maní, a las fresas, frambuesas, zarzamoras, a las manzanas, al
polvo, al perfume, al jabón de color azúl, a la lana, al poliéster, al pescado
y los mariscos, al queso roquefort (¡pero al cheddar no!) a los pájaros y sus
plumas, al pasto, al agua del grifo, a los gatos, los insectos, los perros ...
bueno a los perros no, a ellos solo les tenía pavor. Le tenía alergia a las
hadas, a los duendes, e incluso a los elfos de santa Claus. También a las cosas
navideñas ... pero sólo cuando estaban hechas de plástico chino ... en fin,
total, estornudo era alérgico a casi todo, y aquello había provocado muchos
incendios, por lo que no era muy querido, y no lo invitaban a las fiestas, ni a
los días de campo ... ¡aunque a las parrilladas sí! Pero esas sólo eran en
verano, cuando había muchas abejas y polen por doquier y eso le causaba mucha
alergia y Estornudo prefería no ir.
Estornudo había buscado la
ayuda de los doctores, pero ellos al ver que era un dragón ... (uno pequeño,
pero todo un dragón) le tenían miedo y no querían ni verlo, aquello hacía
llorar a estornudo y las lágrimas le daban alergia y pufff el resultado había
sido una docena de médicos chamuscados.
Entonces el buen Estornudo
decidió llevar un cubre bocas hecho de un suave material hipo alergénico y
limpiaba toda su casa constantemente con jabón morado ... que ese no le
hacía estornudar y pasaba los días
trabajando en su computadora diseñando páginas web, porque ni las computadoras
ni el internet le hacían estornudar.
Así descubrió un blog llamado
“manual de dragones, la guía dracónica que todo dragón debe leer”. Estornudo
disfrutaba mucho leyendo de aquella información que pensaba era inventada,
porque le parecía muy pero muy poco probable
que el blog de unos niños contuviera alguna verdad.
Cada viernes los niños
actualizaban su blog, en el hablaban de las diferentes razas de dragones, de
los grandes dragones que habían existido en la historia, hacían dibujos y
esquemas de sus alas, hablaban de la comida favorita de los dragones, de sus
pasatiempos, sus costumbres etc, etc, etc.
Y cada viernes nuestro dragón leía muy
entretenido la información y dejaba un comentario siempre firmando como
Estornudragón,
Pero llegó un viernes sin nueva
información y luego otro y luego otro, aquello le parecía curioso al
dragoncito, quien ya se había encariñado con los autores de ese blog y los
extrañaba, pero pensó que quizá se habían cansado de hablar de dragones, sin
embargo una vocecita en la cabeza de Estornudo le decía que algo no estaba
bien, así que mandó este mensaje :
Queridos draconólogos,
Extraño mucho sus historias y
su útil información, espero vuelvan pronto, saludos, Estornudo, el dragón.
Al firmar así su mensaje
nuestro amigo dio a entender que el era en realidad un dragón y unas horas
después le llegó esta respuesta :
Estornudo dragón ....
Si quieres volver a saber de
tus amigos draconólogos entrometidos ven solo al viejo campanario de nuestra
señora de las sagradas palomas rechonchas, si no vienes puedes despedirte de
tus amiguitos.
Atentamente Sir
DrakonBlackenTongue.
Al leer aquellas palabras
Estornudo se sobresaltó ¿acaso aquello era una broma? ¿de verdad estaba
pasando? ¿era posible? ¿y porque aquel extraño nombre le sonaba tan familiar?
Nuestro dragón decidió teclear
ese nombre en el buscador y de inmediato vio porque le era conocido,
DrakonBlackenTongue era el nombre de un antiguo dragón que había acechado buena
parte del viejo continente, sus fechorías habían sido documentadas en libros
medievales ahora perdidos y los amigos de Estornudo habían hablado de él en su
última entrada.
Estornudo decidió que esa
bizarra situación era total, descabellada y completamente cierta, así que reunió
toda la información importante que pudo y tomando su mochila y dos cubre bocas
hipo alergénicos se encaminó al viejo campanario de las sagradas palomas
rechonchas.
Aquel torreón abandonado era
macabro, oscuro y lleno de telarañas, con ruidos extraños que salían de cada
rincón, pero Estornudo estaba decidido a rescatar a los chicos así que se abrió
camino con una linterna en una mano y su spray desinfectante en la otra.
¡DrakonBlackenTongue! –gritaba
Estornudo– su voz recorrió el lugar con un eco escalofriante ... esperó unos
segundos y volvió a gritar ¡DrakonBlackenTongue! ... de nuevo el eco que
parecía envolverlo como los vendajes envuelven a las antiguas momias, luego de
un momento por fin escuchó unos murmullos apagados al final de un corredor retorcido
y polvoso.
-
Es
Sir, Sir DrakonBlackenTongue, un título que me gané –Estornudo se ocultó entre
los ladrillos faltantes de una pared, trató de calmarse abrió cuidadosamente su
mochila e intentó sonar como un verdadero dragón-
-
Un
título noble sin duda, título que te otorgaron
hace siglos por haber protegido un reino, en una época en la que tenías
honor, pero esos tiempos según veo han quedado atrás porque ¿qué clase de Sir
amenazaría a unos niños? ¿qué honor hay en eso? El código dracónico es muy
simple, un dragón debe ser justo, proteger a los débiles e inocentes y ser
honorable ¡ahora no eres más que un vulgar delincuente!
-
¿Honor?
¿tu me hablas de honor? ¿qué honor tienen esos chiquillos pretenciosos que se
hacen llamar draconólogos? ¿qué derecho tenían de contar nuestros secretos y
exponer nuestras historias?
-
¡Sólo
son niños! ¡niños inocentes que admiran a los dragones! ¡niños que soñaban con
las antiguas eras en las que los caballeros y los dragones protegían los
reinos! ¡niños que no tenían nada más que admiración por un legendario dragón
mítico llamado Sir, DrakonBlackenTongue!
-
Esos
niños se atrevieron a escalar mi montaña, buscaron mi guarida, tomaron fotos y
todo lo pusieron en su tonto blog, en un abrir y cerrar de ojos tenía gente
extraña tratando de llegar a mi guarida ... en cualquier momento te buscarán a
ti también y terminaremos en uno de esos monstruosos laboratorios rodeados de
médicos y científicos crueles y chiflados que querrán abrirnos en dos para
estudiarnos; si quieres que te regrese a esos niños babosos tendrás que pasar
sobre mi cadáver.
-
Sir
DrakonBlackenTongue ... un nombre grandioso para un dragón grandioso, es
increíble que tengas miedo de unos niños, pero si así lo quieres ... ¡que así
sea!
Estornudo salió de su
escondite y cuando Sir Drakon lo vio emitió una carcajada que podría haberle
dado la vuelta al mundo, el dragón Estornudo no era más grande que una
lagartija, era escuálido, pálido, usaba gafas y bufanda y sostenía una ridícula
espada de cartón y una botella de desinfectante.
-
¿Acaso
vas a desinfectarme hasta morir? ja jajaja ¡con ese ridículo nombre debí
suponer que no eras más que un remedo, una burla de dragón! ¡ahora lárgate y
déjame con mis asuntos!
-
En
este caso Sir Drakon, sus “asuntos” son mis asuntos – entonces Estornudo
desplegó sus diminutas alas y volando hacia el rostro del inmenso dragón roció
el desinfectante justo en los ojos, Sir Drakon chilló y se alejó frotándose los
irritados y llorosos ojos, pero Estornudo no retrocedió, se arrancó los cubre
bocas y metió su gran bocaza en la mochila, adentro había guardado un ramillete
de dientes de león, la flor a la que era más alérgico, también metió unos
adornos navideños acabos de traer desde china, un puñado de frambuesas, una
bolsa de jabón azul, un suéter de lana y un kilo de pimienta de shezuan, los
olores de aquella mochila se metieron en lo más profundo de la nariz de
Estornudo, y éste se retorció, gruñó, brincó, aulló, hizo bizcos y su panza
comenzó a inflarse más y más como si fuera un globo de fiesta, ante tal
espectáculo Sir Drakon quedó desconcertado, y cuando quiso salir de ahí un
estornudo de dimensiones épicas salió volando a un millón de kilómetros por
hora, de la nariz y la bocota de Estornudo, las flamas que de él provenían eran
gigantescas, y de todos colores. Y no dejaba de estornudar.
-
Aaaaaccchuuuuuuuuuuuuuuu,
aaaaaaaccccchhhhhuuuuuuuuuuuuu
Cada estornudo traía más y más
flamas que envolvían a Sir DrackonBlackenTongue, quien no podía ver por donde
caminaba, el calor era insoportable como si estuviera en las entrañas de un
volcán y solo atinó a cubrirse el rostro.
-
¡me
rindo! ¡me rindo! ¡me rindo! ¡me rindo! –decía lloroso-
Después de escuchar aquello
nuestro valiente dragoncito Estornudo, sacó de la mochila un frasco de loción
de menta, lo único que podía calmar sus alergias, y el último accchuuuu fue uno
llenode mocos de colores que apagó todas las llamas.
-
¿En
dónde están los niños?
-
¡Ay,
ay, ay de mí!- decía chamuscado Sir Drakon- nunca había sentido un calor como
ése ¡y yo soy un dragón! ¡ay, ay, ay, ay de mi! ... ¡tus amigos draconólogos
están en el sótano! .... ¡ay, ay, ay, ay de mi! ...
-
Cálmate,
y ven conmigo, te quedarás en mi casa hasta que te sientas mejor y te
encontremos una nueva montaña, les pediré a mis amigos que digan que todo lo
que escribieron eran historias que inventaron, y que las fotos de tu guarida
estaban hechas en computadora, después de todo no queremos terminar en un
frasco de laboratorio ... pero ya no te diré Sir, no mereces ése título,
deberás ganártelo otra vez.
-
¡Ay,
ay, ay, ay de mi! ... está bien ... no me comporté como un buen dragón ¡ay, ay,
ay de mi! ....
Aquel día nuestro pequeño gran
héroe rescató a los niños y juntos buscaron un nuevo hogar para el viejo
DrakonBlackenTongue, quien le dio su título de Sir a nuestro amiguito ... Sir
Estornudo, guardián de los niños, gran devorador de libros y comentarista de
blogs y fanático del desinfectante morado.