EL
HORRIPILANTE CASO DE LOS MONSTRUOS NAVIDEÑOS
CAPÍTULO 4
CIENCIA, MAGIA ... Y
UN POCO DE FE
-¡Peribelle
no!– Gritó Santa Claus tratando de quitarle el espejo, pero ya era demasiado
tarde, y el monstruo en el que se había convertido la bruja escaló los muros,
atravesó con sus afiladas garras el techo, y salió corriendo, perdiéndose en el
horizonte.
Los
únicos que no parecían haberse congelado por la impresión eran la señorita
Blizter y Kickster quienes se apresuraron a regresar al helicóptero blackhawk
para perseguir a la bruja. El siguiente en recobrarse del shock fue el
duendecillo Rÿphaliick, quien por fin pudo pronunciar palabra.
-
¡Alondra! ¡Santa! ¿Qué hacemos? ¿Sólo
Peribelle puede revertir el hechizo?
-
No, Rÿphaliick –respondía pensativa
Alondra mientras miraba a su alrededor- Peribelle es una bruja buena, pero sus
hechizos más bien son recetas... instrucciones ... es cierto que es una persona
con magia en las venas ... pero si de seres llenos de magia estamos hablando,
pues tenemos aquí mismo a uno de los seres más mágicos del mundo ¿verdad Santa?
-
Alondra, esto tal vez supere mis
conocimientos
-
¡Tonterías! Sólo hay que encontrar el
hechizo y revertirlo... sencillo ¿Sí? Rÿphaliick, busca en cada rincón de esta
casa todos los libros de magia que encuentres, en especial el libro de las
sombras de Peribelle.
-
¿De las sombras? ¡Ah su diario mágico!
-
Si, ahí debe tener la mayoría de sus
hechizos.
Los tres
aliados voltearon la casa de la bruja patas arriba reuniendo todos los libros
que hablaran de magia, aunque no había señal del libro de las sombras.
-
No está aquí Alondra – decía el
duendecillo tratando de recobrar el aliento después de haber movido todos los
muebles y alfombras de la casa–
-
Tiene que estar mi querido Rÿphaliick ...
tiene que estar ... piensa como bruja Alondra, piensa como bruja ...
Alondra
comenzó a caminar por la casa con los ojos cerrados, pasó sus largos dedos por
las repisas de los libreros, y por las ramas del árbol de Navidad... respiró
profundamente, el olor a pino fresco, sándalo, vainilla y muérdago inundaron
sus sentidos, pero había algo más, un olor tenue, pero que alcanzaba a
distinguir ... limón o lima, algo cítrico y fresco, sumamente suave ¿de dónde
provenía? Alondra encaminó sus pasos junto a los sillones ... no era allí, fue
a la cocina, revisó los gabinetes e incluso el contenedor de basura, donde
encontró varias cáscaras de limones reales ... eso explicaba el aroma, pero no
explicaba porque lo había notado tan lejos de la cocina, regresó a la sala de
estar donde los libros se encontraban en perfecto orden, pero con algo de
polvo, excepto la antigua edición de “Cuento de Navidad”, de Dickens, Alondra
lo tomó, cerró los ojos y acercó la nariz ... olía a libro viejo por supuesto y
también a algún tipo de barniz porque la portada había sido reparada, pero de
nuevo olía a limón real ¡y mucho! Al Foxter sacó del bolsillo de su chaqueta
una delgada linterna de luz negra y la pasó por las amarillentas hojas ¡EUREKA!
En los márgenes del libro estaban escritos todos los hechizos de Peribelle
Vandalay, su libro de las sombras, oculto a simple vista (había que admitir que
eso fue astuto, pero Alondra lo era un poco más).
A mitad
del libro se leía el título: PARA REVELAR LA VERDAD
“luz de
luna, luz de cielo, deslízate en este espejo.
Yo lo
comando, yo lo ordeno.
De la
luna a mi luna, a tu superficie de hielo.
Revela la
luz u oscuridad de tu verdadero reflejo.
Libera al
monstruo que se lleva dentro.
Y no le
sueltes hasta que cambie el viento en el mundo revuelto”.
Al
duendecillo Rÿphaliick se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja, porque si de
algo saben los duendecitos, es de acertijos, rimas y poemas.
–
¡Es sencillo Alondra! -dijo dando saltitos
de emoción el buen Rÿphaliick- La primera línea, luz de luna, luz
de cielo, deslízate en este espejo,
es
exactamente eso, Peribelle posó su antiguo espejo bajo la luna llena, la
primera de este invierno ... la segunda línea: de tu luna a mi
luna a tu superficie de hielo, significa que la magia de la luna bajó a
su talismán, el collar con la luna menguante de plata que trae la brujita al
cuello, es la clave del poder del espejo, sin el collar no puede revelar las verdaderas
intenciones de la gente; la última línea, ... y no le sueltes
hasta que cambie el viento en el mundo revuelto ... estoy seguro de que el
mundo revuelto se refiere al reflejo y el viento tiene que ver con el día en
que la luna cambia, porque en la primer luna del invierno empezaron esas ventiscas
horribles y no se han calmado, tiene que ver con este hechizo.
–
¡Excelente mi querido Rÿphaliick!
–aplaudió Al Foxter– ya vamos por buen camino ...
–
Pero... Alondrita –interrumpió pensativo
el duendecito– cuando Peribelle se convirtió en monstruo se quedó con el
collar...
–
¡Ciencia! Querido amigo ¡ciencia, magia...
y un poquito de fe! ¡sobre todo en Navidad!
Mientras
tanto, en el helicóptero kickster el gato no le había quitado los ojos de
encima al monstruo en el que se había convertido Peribelle, lo que fue de gran
ayuda cuando la señorita Blizter sacó un pequeño dron de un maletín, parecía
una simple abeja, pero aquella monada era una maravilla, la señorita Blizter
digitó unas coordenadas en la computadora y el dron abeja salió disparado hacia
la monstruosa Peribelle Vandalay, el dron sorteó sus manotazos y le dejó ir con
fuerza brutal su aguijón modificado, no era otra cosa que un chip de rastreo
satelital, ahora la balanza volvía a inclinarse a favor de Al Foxter y su
equipo, no había forma de que perdieran de vista al monstruo sin importar si
huía al desierto del Sahara o a Timbuctú ¡la tenían en la mira!
La
fascinación de Alondra por la tecnología de punta y los gadgets más raros por
fin rendía frutos, pues de su maletín sacó una impresora 3D portátil, con la
cual escaneó una de las fotos de Peribelle sacando un perfecto modelo de su
collar de luna menguante, cada detalle era idéntico, el único problema era que
no era un objeto mágico, pero en cuanto estuvo terminado lo puso en las sabias
y mágicas manos de Santa Claus, quien con su aliento mágico convocó a los
buenos espíritus del invierno, salió al jardín y sobre el collar cayeron unos
increíbles copos de nieve que estaban hechos de polvo lunar y aureolas boreales
que le otorgaron un brillo cegador , llenándolo así de magia ¡y una mucho más
poderosa que la del collar de la bruja!
-
¿Y ahora que sigue Alondrita? –preguntaba
ansioso Rÿphaliick–
-
Primero hay que revertir el hechizo, Santa,
toma el espejo y repite el encantamiento, pero al revés, porque en los espejos
todo es al revés.
-
De acuerdo mi niña
“Y no le
sueltes hasta que cambie el viento en el mundo revuelto.
Libera al
monstruo que se lleva dentro.
Revela la
luz u oscuridad de tu verdadero reflejo.
De la
luna a mi luna, a tu superficie de hielo.
Yo lo
comando, yo lo ordeno”.
Luz de
luna, luz de cielo, deslízate en este espejo”. –Dijo Santa Claus fuerte y
claro, el espejo tembló, brilló y justo cuando parecía que iba a quebrarse todo
su brillo pasó al talismán de la luna menguante que sostenía Santa y luego se
apagó, quedó más oscuro que el fondo de un abismo, por lo que Rÿphaliik de
inmediato lo cubrió con un paño blanco, pues es sabido que un espejo oscuro que
ya no refleja, puede ser una ventana para esas cosas que se ocultan en las
sombras–.
-
¡Perfecto
Santa, ahora debemos seguir a Peribelle, vamos, al helicóptero!
-
Alondra ¿y si fallamos? –preguntaba temeroso
Rÿphaliik –
-
¡No vamos a fallar Rÿphaliik! –respondió con
toda seguridad Alondra Foxter– Tenemos ciencia, magia, y un poco de fe,
recuerda que lo imposible solo requiere un poco más de esfuerzo, Al Foxter no
se rinde tan fácil mi querido amigo ¡ahora vamos a resolver esto!
El
helicóptero comandado por la señorita Blizter esperaba en tierra para despegar
más rápido que un relámpago, juntos siguieron la señal que mandaba el chip
satelital instalado en Peribelle Vandalay ¡esa monstruosidad sí que corría,
mejor dicho volaba! En menos de media hora ya había atravesado tres ciudades y
seguía su desenfrenada carrera ¿pero a dónde? Al Foxter notó que algún
resquicio de humanidad aún quedaba en Peribelle, porque se cuidaba de no mirar
a nadie a los ojos, Al tenía que admitir que sentía mucha curiosidad, quería
saber a dónde iba, pero no había tiempo para eso, así que le indicó a santa que
apuntara el talismán, éste de inmediato se encendió como una pequeña estrella,
y su cegadora luz alcanzó al monstruo en el que se había convertido la bruja
Vandalay haciéndola aullar, retorcerse y caer, pero aun así, a mitad de su
mágica transformación intentaba seguir adelante para llegar a algún sitio.
-
¡NOOOOOOO! –aullaba Peribelle– ¡déjenme
llegar! ¡Tiene que saber! ¡Ella tiene que sabeeeeeeer!
-
¡Basta Peribelle! –Gritaba Alondra– tienes
que calmarte y dejarnos ayudarte –todos salieron del helicóptero y Santa se
quitó su gabardina para cubrir a Peribelle mientras la abrazaba-
-
Tranquila mi niña, respira profundo,
tranquila, entre todos arreglaremos esto, tranquila.
-
¡Santa! –lloraba Peribelle– ¡lo siento! ¡Lo siento tanto! ¡No creí que esto resultaría
así! ¡Ella tiene que saberlo y entender!
-
¿Quién Peribelle? ¿Quién te convenció de
esta locura? –preguntaba Alondra Foxter-
-
¡Hälventaa! –gritó Peribelle– y en un
parpadeo desapareció, Santa Claus solo se quedó agarrando la gabardina,
Peribelle Vandalay se había desvanecido en el aire-
-
¡Señorita Blizter! –urgía Alondra– dígame
que el chip satelital aún está en Peribelle
-
Si está señorita Foxter, ya he puesto las
coordenadas en el GPS de nuestro helicóptero, tiempo estimado de vuelo cuatro
horas, destino, el Polo Norte.
-
¿Santa? –preguntaba Alondra- ¿Tienes
alguna idea de porqué Peribelle pudo desaparecer de esta forma? ¿Y por qué
pronunció esa palabra?
-
Alondra … -explicaba Santa Claus
contrariado– ¿no creerás que ella? ¿o sí?
-
No lo sé Santa, pero ella no la ayudó,
entonces ella corre peligro?
-
¿Quién? –urgió la señorita Blizter-
-
¡LA SEÑORA CLAUS! Gritaron Santa y Alondra
al mismo tiempo.
CONTINUARÁ…
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